El país del sueño se amplía en el verano.
Sus aguas reflejan
en lentas olas todo gesto.
En las orillas susurran palabras
como hierba, mientras en lo alto transcurren
las constelaciones de nuestros muertos.
Gira la mente en el gozne de la noche;
el recuerdo se multiplica en el espíritu
como anillos en el tronco de los árboles.
Otras naturalezas muertas
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