Cuando estuve en el mar era marino...
Cuando
estuve en el mar era marino
este
dolor sin prisas.
Dame
ahora tu boca:
me
la quiero comer con tu sonrisa.
Cuando
estuve en el cielo era celeste
este
dolor urgente.
Dame
ahora tu alma:
quiero
clavarle el diente.
No
me des nada, amor, no me des nada:
yo
te tomo en el viento,
te
tomo del arroyo de la sombra,
del
giro de la luz y del silencio,
de
la piel de las cosas
y de
la sangre con que subo al tiempo.
Tú
eres un surtidor aunque no quieras
y yo
soy el sediento.
No
me hables, si quieres, no me toques,
no
me conozcas más, yo ya no existo.
Yo
soy sólo la vida que te acosa
y tú
eres la muerte que resisto.
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