XIII
Puerta
del Sol
Suenan
los tambores y las trompetas
entre
el ruido de la calle.
(Corred,
corred, corred para ver a los soldados.)
Todos
llevan el ritmo en formación
para
seguir el paso reglamentario
de
la brillante banda de metales.
Los
camareros del café se colocan en la puerta
la
niña en la tienda de guantes apoya la nariz en el cristal.
¡Oh,
el brillo de los metales
el
movimiento de los penachos
y el
paso de los pies uniformados!
Corred,
corred, corred para ver a los soldados.
El
niño con una bandeja
de
pasteles en la cabeza
camina
deprisa, lleva el ritmo;
los
pasteles blancos y amarillos tiemblan bajo el sol
sus
mejillas cada vez más rojas
y su
bata a rayas azules ondea
mientras
marcha al run run de los tambores.
Corred,
corred, corred para ver a los soldados.
El
lechero con su poni
cargado
con cántaros plateados
escolares
con mochilas de libros
oficinistas
con tiesos cuellos blancos
ancianos
con capas
intentan
marcar el paso militar
al
ritmo de los brillantes metales.
Corred,
corred, corred para ver a los soldados.
De:
“Invierno en Castilla y otros poemas”
Versión
de Eulalia Piñero Gil
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