viernes, 12 de julio de 2013

FRANCISCO LUIS BERNÁRDEZ



  
Romance



Aquellas cosas profundas
Que yo apenas entendía.
Desde que el amor las nombra
Me parecen cristalinas.

Aquel tiempo de otro tiempo,
Que sin gloria transcurría,
Desde que el amor lo empuja
Tiene lo que no tenía.

Aquella voz apagada
Es una voz encendida
Desde que el amor de fuego
Su fervor le comunica.

Aquella frente desierta.
Aquella frente perdida.
Está mucho menos sola
Desde que el amor la habita.

Aquellos ojos cerrados
Están abiertos y miran
Desde que el amor les muestra
Riquezas desconocidas. 

Aquellas manos desnudas
Ya no son manos vacías
Desde que el amor las llena
Con su propia maravilla.

Aquellos pasos sin rumbo.
Aquellos pasos sin vida.
Ya tienen rumbo seguro
Desde que el amor los guía.

Aquel corazón oscuro
Luce una luz infinita
Desde que el amor lo alumbra
Con su verdadero día.

Aquel pobre entendimiento
Tiene una fuerza más limpia
Desde que el amor lo inflama.
Desde que el amor lo anima.

Aquella pluma de siempre
Vive una vida más viva
Desde que el amor la mueve,
Desde que el amor la inspira.

Aquel mundo sin objeto
Tiene una razón precisa
Desde que el amor eterno
Lo sustenta y justifica.

Aquella vida de antaño
Responde a peso y medida
Desde que el amor confunde
Su existencia con la mía.



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