miércoles, 27 de agosto de 2014

RAFAEL ALBERTI

 

Por allí, hondo, una humedad ardiente...

 

Por allí, hondo, una humedad ardiente;
blando, un calor oscuro el que allí hervía;
sofocado anhelar el que se hundía,
doblándose y muriendo largamente.

Labios en labios que no ataca diente;
Lengua en garganta que se corta, umbría;
Áspero alrededor, fiera porfía
Por morder lo imposible de la fuente.

Fiera porfía, ya que ni a la hembra
Más hembra ni al varón más varón dieron
Otra cumbre que ser sembrado y siembra.

Pues lo demás, ¡oh cuerpos desvelados!,
Son fulgores que al alba se perdieron
En un súbito arder, desesperados.

 

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