domingo, 7 de septiembre de 2014

RUBÉN DARÍO


 

Nocturno

  

Quiero expresar mi angustia en versos que abolida
Dirán mi juventud de rosas y de ensueños,
Y la desfloración amarga de mi vida
Por un vasto dolor y cuidados pequeños.

Y el viaje a un vago Oriente por entrevistos barcos,
Y el grano de oraciones que floreció en blasfemias,
Y los azoramientos del cisne entre los charcos,
Y el falso azul nocturno de inquerida bohemia.

Lejano clavicordio que en silencio y olvido
No diste nunca al sueño la sublime sonata,
Huérfano esquife, árbol insigne, oscuro nido
Que suavizó la noche de dulzura de plata...

Esperanza olorosa a hierbas frescas, trino
Del ruiseñor primaveral y matinal,
Azucena tronchada por un fatal destino,
Rebusca de la dicha, persecución del mal...

El ánfora funesta del divino veneno
Que ha de hacer por la vida la tortura interior;
La conciencia espantable de nuestro humano cieno
Y el horror de sentirse pasajero, el horror

De ir a tientas, en intermitentes espantos,
Hacia lo inevitable desconocido, y la
Pesadilla brutal de este dormir de llantos
¡De la cual no hay más que ella que nos despertará!

 

 

 

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