Tendida
y desgarrada,
a la derecha de mis venas, muda;
en mortales orillas infinita,
inmóvil y serpiente.
a la derecha de mis venas, muda;
en mortales orillas infinita,
inmóvil y serpiente.
Toco
tu delirante superficie,
los poros silenciosos, jadeantes,
la circular carrera de tu sangre,
su reiterado golpe, verde y tibio.
los poros silenciosos, jadeantes,
la circular carrera de tu sangre,
su reiterado golpe, verde y tibio.
Primero
es un aliento amanecido,
una oscura presencia de latidos
que recorren tu piel, toda de labios,
resplandeciente tacto de caricias.
una oscura presencia de latidos
que recorren tu piel, toda de labios,
resplandeciente tacto de caricias.
El
arco de las cejas se hace ojera.
Ay, sed, desgarradora,
horror de heridos ojos
donde mi origen y mi muerte veo,
graves ojos de náufraga
citándome a la espuma,
a la blanca región de los desmayos
en un voraz vacío
que nos hunde en nosotros.
Ay, sed, desgarradora,
horror de heridos ojos
donde mi origen y mi muerte veo,
graves ojos de náufraga
citándome a la espuma,
a la blanca región de los desmayos
en un voraz vacío
que nos hunde en nosotros.
Arrojados
a blancas espirales
rozamos nuestro origen,
el vegetal nos llama,
la piedra nos recuerda
y la raíz sedienta
del árbol que creció de nuestro polvo.
rozamos nuestro origen,
el vegetal nos llama,
la piedra nos recuerda
y la raíz sedienta
del árbol que creció de nuestro polvo.
Adivino
tu rostro entre estas sombras,
el terrible sollozo de tu sexo,
todos tus nacimientos
y la muerte que llevas escondida.
En tus ojos navegan niños, sombras,
relámpagos, mis ojos, el vacío.
el terrible sollozo de tu sexo,
todos tus nacimientos
y la muerte que llevas escondida.
En tus ojos navegan niños, sombras,
relámpagos, mis ojos, el vacío.
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