miércoles, 28 de enero de 2015

TOMÁS DE IRIARTE


 

 A los ojos de Laura

  

 ¿Un soneto a tus ojos, Laura mía?  
 ¿No hay más que hacer sonetos, y a tus ojos?  
 -Serán los versos duros, serán flojos;  
 pero a Laura mi afecto los envía.  

 ¿Con que ha de ser soneto? ¡Hay tal porfía! 
 -¡Ta!, que por estos súbitos arrojos  
 se ven tantos poetas en sonrojos,  
 que lo quiero dejar para otro día.  

 -Respondes, Laura, que no importa un pito  
 que no sea el soneto muy discreto, 
 como hable de tus ojos infinito.  

 -¿Sí?- Pues luego escribirle te prometo.  
 Allá voy... ¿Para qué, si ya está escrito,  
 Laura mía, a tus ojos el soneto?  

 

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