martes, 21 de abril de 2015

JOSÉ ASUNCIÓN SILVA


 

Madrigal

 

Tu tez rosada y pura, tu formas gráciles
De estatuas de Tanagra, tu olor de lilas,
El carmín de tu boca, de labios tersos;
Las miradas ardientes de tus pupilas,
El ritmo de tu paso, tu voz velada,
Tus cabellos que suelen, si los despeina
Tu mano blanca y fina toda hoyuelada,
Cubrirte como fino manto de reina;
Tu voz, tus ademanes, tú... no te asombres;
Todo eso está ya a gritos pidiendo un hombre.

 

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