viernes, 5 de junio de 2015

ALBERTO GIRRI


 

Cámara oscura


Mientras espera que la desnuden,
la expresión se esfuerza en desearse
a sí misma en blanco y negro,

                      y el ojo cuidadoso acecha
hasta sorprenderla empañándose,
empañada por matices de tensión,
físico desamparo.

                  Se trata de cazar,
y se trata de robo,
                               la víctima
lo consciente, sometiéndose,
y el ladrón llena de facciones, visajes,
su bolsa;

                    no supone angustias, trabajo aflictivo,
incomodidad, suceso infeliz.
                                pero es un tomar lo ajeno
desde artificios que requieren
ingenio en proporción directa
con la propiedad, limpieza,
austeridad de recursos,

             y soluciones fortuitas, ocurrencias,
"Improvisación creadora", diría
de su pillaje el que aquí, súbito,
se decide a atacar cubriendo
las lentes con tules, muselinas,
                       y en el incomparablemente joven
perfil modela por distorsiones
otra carne, helada y luminosa,
                             placidez de máscara noh,
                             ascenso a lo andrógino.


 
De "Obra poética IV"

 

 

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