Esa
mujer que se arroja fría
y lúbrica en los brazos, y a sus senos.
Me aprieta, me besa y balbucea
versos, rezos a Dios, votos obscenos.
y lúbrica en los brazos, y a sus senos.
Me aprieta, me besa y balbucea
versos, rezos a Dios, votos obscenos.
Esa
mujer, flor de melancolía
que ríe de mis pálidos recelos,
la única entre todas a quien di
caricias que jamás a otra daría.
que ríe de mis pálidos recelos,
la única entre todas a quien di
caricias que jamás a otra daría.
Esa
mujer que a cada amor proclama
la miseria y grandeza de quien ama
y feliz de mis dientes guarda huella.
la miseria y grandeza de quien ama
y feliz de mis dientes guarda huella.
¡Un
mundo, esa mujer! Es una yegua
quizás, pero en el marco de una cama
nunca mujer alguna fue tan bella.
quizás, pero en el marco de una cama
nunca mujer alguna fue tan bella.
Versión de Mariano Ramos
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