miércoles, 15 de febrero de 2017

JOSE LUIS CANO



  
A mi hija Teresa



Aún no sabes hablar, mas ya tu vida
para mi alma canta un hondo son:
Diariamente se empapa el corazón
de tu palabra torpe, tan querida.


Se llena el alma de tu beso, erguida
para alzarte y tenerte. Una pasión
diariamente la enciende, una canción
que nace de la vena más herida.

Y un dulce frenesí. Tu carne siento
trémula arder, rosada, tierna, pura,
mientras la mía sueña enajenada.

Oh tierra, oh desamparo, oh ciego viento
que va perdido por la noche oscura
y encuentra al fin la luz, la paz, la nada.


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