miércoles, 23 de enero de 2019

FLORENCIA LOBO





Mirando un sauce



Nadie le pregunta al sauce
por qué nace llorando

y hasta nos complacemos
al verlo esparcir su llanto
suave como el andar de las ballenas
o esos parajes tranquilos
adonde van a morir los barcos.

El sauce llora y el viento se demora
entre sus hojas
como queriendo beber de esa tristeza.

¿Y qué sabemos de esas garzas
que se pasan la vida
mirando el agua y en el agua
el reflejo del cielo y en el cielo
el pez que no aparece?

Es tan hermoso y sin embargo
nada sabemos de las garzas
ni de la tristeza de los charcos
ni del verde llorar de las iguanas
o de las lagartijas.

Nada sabemos y no importa
mientras podamos ver llorar el sauce
o esas aves quietas
que se pasan la vida
buscando el pez del cielo

el triste pez
que no aparece.



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