Llamaron
quedo, muy quedo,
a las puertas de la casa.
-¿Será algún sueño- le dije-
que viene a alegrar tu alma?
a las puertas de la casa.
-¿Será algún sueño- le dije-
que viene a alegrar tu alma?
-¡Quizás!
-contestó riendo...
Su risa y su voz soñaban.
Volvieron a llamar quedo
a las puertas de la casa...
-¿Será el amor?-grité, pálido,
llenos los ojos de lágrimas...
-Acaso- dijo mirándome...
Su voz de pasión temblaba...
Llamaron quedo, muy quedo,
a las puertas de la casa.
-¿Será la Muerte? -le dije...
Ella no me dijo nada...
Y se quedó inmóvil, rígida,
sobre la blanca almohada,
las manos como la cera
y las mejillas muy pálidas.
Su risa y su voz soñaban.
Volvieron a llamar quedo
a las puertas de la casa...
-¿Será el amor?-grité, pálido,
llenos los ojos de lágrimas...
-Acaso- dijo mirándome...
Su voz de pasión temblaba...
Llamaron quedo, muy quedo,
a las puertas de la casa.
-¿Será la Muerte? -le dije...
Ella no me dijo nada...
Y se quedó inmóvil, rígida,
sobre la blanca almohada,
las manos como la cera
y las mejillas muy pálidas.
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