lunes, 1 de junio de 2020

EEVA KILPI





Apenas él hubo pronunciado: “Ahora lo único que falta son fresas”


  
Apenas él hubo pronunciado: “Ahora lo único que falta son fresas”
cuando ya estaba yo corriendo hacia la descuidada huerta de detrás de casa
y había cogido un puñado de fresillas silvestres
antes de que él hubiese acabado de tomar su yogur:
acababan de madurar.
Ten cuidado con lo que dices, dije, ahora todo se hace realidad.
Y él tuvo cuidado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario