lunes, 30 de noviembre de 2020

MAROSA DI GIORGIO

 


 

 

La naturaleza de los sueños




Al alba bebía la leche, minuciosamente, bajo la mirada vigilante de mi madre; pero, luego, ella apartaba un poco, 
volvía a hilar la miel, a bordar a bordar, y yo huía hacia la inmensa pradera, verde y gris.
A lo lejos, pasaban las gacelas con sus caras de flor; parecían lirios con pies, algodoneros con alas. Pero, yo sólo miraba 
a las piedras, a los altos ídolos, que miraban a arriba, a un destino aciago.
Y, qué podía hacer; tenderme allí, que mi madre no viese, que me pasara, otra vez, aquello horrible y raro.


De: "Los papeles salvajes"

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