De los chiles en nogada
"De cocinera . .
. abnegada."
Eran
tiempos irredentos,
allá,
por mil ochocientos
veintiuno,
de independencia
consumada,
nuestra esencia.
Don
Agustín de Iturbide,
decir
esto, no me impide,
pues
México necesita
su
rica historia, bendita.
También
leyendas, no invento,
pues,
las madres del Convento
de
Santa Mónica, en Puebla,
disiparon
la tiniebla.
Del
gusto más exigente,
de
lo que encanta a la gente,
en
materia de comida,
la
de altura, sin medida.
Patriotero,
gran platillo,
laborioso,
no sencillo,
que
nos roba la mirada
que,
a la vista, nos agrada.
El
verde, el blanco y el rojo,
ponen,
en la boca, antojo,
los
colores nacionales,
sobre
un mantel, principales.
Son
los chiles en nogada,
cuya
receta es variada,
cada
cocinera guarda
la
suya, que salvaguarda.
De
inicio, el chile poblano,
sabor
agradable, sano,
siempre
fiel, de temporada,
que
casi, no pique nada.
La
rica salsa de nueces,
paladares,
son sus jueces,
verduras,
más frutas, varias,
la
leche, son necesarias.
El
jitomate, cebolla,
tal
combinación es joya,
ajo,
almendras, acitrón,
manzana,
pasas, piñón.
Bien
molida va la carne,
lo
culinario reencarne,
azúcar,
la sal, pimienta,
esa
vianda complementa.
El
huevo, si va capeado,
que
quede bien preparado,
clavo,
orégano, comino,
para
este guiso tan fino.
Presentación,
decorada
con
perejil, con granada,
lo
bueno, por siempre cuesta,
la
gastronomía de fiesta.
Por
agosto, por septiembre,
que
el chef refinado siembre
esta
costumbre, en la mesa,
la
que al gourmet interesa.
Nadie
les critique nada
a
los chiles en nogada,
nadie
les critique nada,
pues
son el manjar de un hada.
Dedicado
a mi encantadora Tía, la Señora Guadalupe Sánchez Vda. de Galván Rivera, gran
cocinera, experta en la preparación de los chiles en nogada y en muchos otros
exquisitos platillos más...
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