Mariposa
enamorada de su flor
Mariposa
enamorada de su flor
lágrimas,
arrastrando los afeites de mi rostro,
humedecen y manchan mi vestido de seda
aquella «canción de adiós»
la repito miles y miles de veces
dicen
que las largas cadenas montañosas tienen un final
pero yo sólo oigo la lluvia fina y delicada golpeando interminable
el pabellón solitario
desde que nos separamos la tristeza del adiós
me destroza poco a poco el corazón
he olvidado incluso si, al brindar por tu partida,
nuestras copas tenían poco o mucho vino
lo mejor
es que entregue este poema
a las ocas salvajes que atraviesan el cielo
en realidad, Donglai
no está́ tan lejos como otros paraísos
Versión
de Pilar González España
No hay comentarios:
Publicar un comentario