domingo, 25 de noviembre de 2012

LUZGARDO MEDINA EGOAVIL






Aqui te espero hasta el ultimo ocaso




Como fue antes del principio. Aquí te espero.
Manchado con el sueño más lila. Deteniendo el paso
Del viento que acostumbra a desnudarse entre
Las yerbas medievales. Aquí te espero desde nunca.
Desde cuando el amor aprendía a parpadear bajo la
Peregrina lluvia de marzo. Desde cuando el mar aún no
Se agitaba y la estrella más lejana tenía tus ojos.
Y te espero en el recuerdo que todo lo olvida
Y que se pasea por la cotidiana extensión del silencio.
Yo no sé si estás lejos habitando otro cielo anónimo.
Yo no sé si estás cerca recogiendo las hojas castigadas
Por el frío. Yo no sé si a cada instante tu piel muda
De color o si en tus labios todavía arden mis cenizas.
Aquí te espero hasta el último ocaso o hasta cuando
El álgebra se haya ido a vivir en los acantilados.
No creo que de insomnio se pueda morir. No lo creo.
Si así fuese: Ahí en el insomnio también te espero.
En la calle lejana en donde la noche siempre se atasca
Con mi niñez de siglos —adorable mujer— te aguardo.
Ven desde tus reinos diurnos vestida de pálida nostalgia.


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