viernes, 22 de febrero de 2013

PEDRO GARFIAS





Novia



Tus ojos tienen la profundidad
de los espejos.
Muy a lo hondo de tus miradas
hay un paisaje verde, acribillado
por las mil flechas de la brisa.

Tus trenzas tienen el retorcimiento
de los pecados.
Pero son inocentes.
Bajo mis manos palpitaban
mansas y humildes como corderos.

Tus piernas son altivas y castas.
Serenamente te alzan sobre la vida
y amansan su oleaje
como dos rompeolas.

La serpentina de tu risa
que pintó de colores al viento
aprisionó en su jaula la tarde
como un pájaro deslumbrado.

Tu voz es para mí como la música
de las estrellas para los oídos
embelesados de las sombras:
que la escuchan toda la noche sin fatiga.

A esta luna esponjada y plumada
como pavo real
tu voz tiene calor y ritmo de paloma.
Honda guarida de tus manos
para mi corazón.
Cuando tú pasas
callan los cascabeles de las horas
porque el tiempo
de las mil colleras vibrantes
se inmoviliza
como un corazón extasiado.


De “Ala del Sur”

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