sábado, 5 de julio de 2014

FRANCISCO RIVERA LIZARDI


 
 

Al recuerdo de tus astros

 
 

Regreso de tus cielos a mi mundo
y te veo tan serena ante mí:
Dueña de la luna y el sol
en tus manos las llaves
del Olimpo añorado.
Diosa de luna llena que brilla al anochecer
resplandeciente.
Ninfa de sol radiante y hermoso
recién nacido alumbramiento en luz de alba.
Atributos radiantes son tus astros
puntos siempre fijos donde sueña
mi atención en ti tan desolada.
Luego de mucho caminar tu ruta
obsesionado
y perseguirte en los caminos sin regreso
para verte resurgir
inalcanzable
en continuos brotes de luz de amaneceres,
apasionado
persigo tu altura en el espacio
donde reinas
y logro rasgar las nubes blancas
que envuelven tu claridad tan luminosa.
Hoy llego a ti.
Por fin al alcance de estas manos
mis manos tuyas
los luceros bellos
que tu resplandor irradian.
Me emociono:
Luz tenue y blanca de suavidad lunar
no dejes nunca
de acariciar tan delicadamente
mi embeleso.
Ni de bañar con tu belleza de luces derramadas
mi cuerpo ilusionado en tu presencia.
Hermoso sol de bello contorno ardiente
ardoroso al tacto de tus rayos
envía los haces de tu calor dorado
para que estos ojos
deslumbrados
se regocijen siempre en ti
y tu prestancia.
Luna y Sol:
astros
que a tan esquiva distancia se me alejan
devuélvanme el aroma y la fragancia,
que hacia mí su cercanía dispersa.
Quiero que mis sueños otra vez me eleven
a la altura distante
tan ansiada
donde busco el infinito en su belleza.
O viviré eternamente deslumbrado
por la luz de amor que ella refulge
o harán que retorne como antes
a la angustiada... desolación
de su recuerdo.

 

 

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