sábado, 3 de febrero de 2018

RICARDO LOPEZ MENDEZ




Canto de libertad



Amo la libertad, porque es en ella
donde se forja el corazón del mundo.
Amo la libertad, porque en su bella
transformación, arranca de una estrella
para dar claridad a lo profundo.

Amo la libertad, porque la vida
sin ella tiene que volverse sombra.
Amo la libertad, porque es herida
de donde mana siempre florecida
mi presencia de sangre que la nombra.

Amo la libertad, porque es el grito
más hondo en carne de mi ser presente.
Amo la libertad, en el granito
donde esculpió su ley, el infinito
llanto de esclavos con cincel ardiente.

Amo la libertad, porque es Dios mismo
en forma pura de saberse intacto…
Amo la libertad, sobre el abismo
de toda negación; amo en mí mismo
lo que ella tiene de valor exacto.

Amo la libertad, en la semilla
que en árbol trueca su mejor intento.
Amo la libertad, porque es sencilla
como la paz del alma, ¡y maravilla
saber que vive en el cristal del viento!

Amo la libertad, con alegría,
y odio el aliento que empañarla quiera.
Amo la libertad, con la agonía
de la oración que rezo cada día,
con todo el fuego de mi voz entera.

Amo la libertad, porque la idea
en ella funde su relieve eterno.
Amo la libertad, porque es la tea
que abre el camino del amor, y crea
un mundo nuevo en nuestro mundo interno.

Amo la libertad, en el divino
dolor materno: floración y entrega…
Amo la libertad, que engarza el trino
en el aire oloroso del camino,
y en la vela de ensueño que navega.

Amo la libertad, en cada cosa
y en cada ser que existe en el planeta.
Amo la libertad, en la gloriosa
presencia en iris de la mariposa,
y en la voz iracunda del profeta.

Amo la libertad…Amo el milagro
de su presencia en mi canción de ahora.
Amo la libertad, y le consagro
toda la fe con que cultivo el agro
donde hay simiente de la nueva aurora.

Amo la libertad, porque ella quema
con fuego nuevo el llanto del cautivo.
Amo la libertad, porque es emblema
de la humana conciencia y anatema,
para quien quiera condenarla altivo.

Amo la libertad, porque yo entiendo
que ella me da el derecho de ser fuerte.
Amo la libertad, porque comprendo
que vivir sin su luz, es ir muriendo
sin que nos llegue en realidad la muerte.

Amo la libertad, en cada letra
del alfabeto que en mi voz domino.
Amo la libertad, porque no impetra
sino al arco, el impulso que penetra
como flecha en la entraña del destino…

Amo la libertad, en cada intento
de germinar en prolación numérica.
¡Amo la libertad, y amo el acento
con que puede gritar el pensamiento
que ella es el clima natural de América!


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