De sus ojos ornados de arena
vítrea
Desde
la exhalación de esos peces de mármol,
desde la suavidad sedosa
de sus cantos,
de sus ojos ornados
de arenas vítreas,
la quietud de los templos
desde la suavidad sedosa
de sus cantos,
de sus ojos ornados
de arenas vítreas,
la quietud de los templos
(en sus
sombras de acanto, en las piedras
que tocan y reblandecen)
que tocan y reblandecen)
han abierto sus lechos,
han fundado sus cauces
bajo las hojas tibias de los almendros.
han fundado sus cauces
bajo las hojas tibias de los almendros.
Dicen
del tacto
de sus destellos,
de los juegos tranquilos que deslizan al borde,
a la orilla lenta de los ocasos.
de sus destellos,
de los juegos tranquilos que deslizan al borde,
a la orilla lenta de los ocasos.
De sus
labios de hielo.
Ojos de
piedras finas.
De la
espuman que arrojan, de la aroma que vierten
(En los
atrios: las velas, los amarantos.)
sobre
el ara levísima de las siembras.
(Desde el templo:
el perfume de las espigas,
las escamas,
los ciervos. Dicen de sus reflejos.)
el perfume de las espigas,
las escamas,
los ciervos. Dicen de sus reflejos.)
En las
noches, el mármol frágil de su silencio,
el preciado tatuaje,
los trazos limpios
el preciado tatuaje,
los trazos limpios
(han ahogado la luz
a la orilla; en la arena)
a la orilla; en la arena)
sobre
la imagen tersa,
sobre la ofrenda inmóvil
de las praderas.
sobre la ofrenda inmóvil
de las praderas.
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