Las arañas del augurio
La
sed jamás saciada
que hace infinito el sueño…
que hace infinito el sueño…
Yo
sé que sus pupilas sugieren los misterios
de un bosque alucinado por una luna exótica;
yo sé que entre sus sedas late una fuga erótica
que sueña en irreales y lácteos hemisferios.
Para mis penas fueran divina magia hipnótica
sus labios incensarios de místicos sahumerios;
y yo deseara siempre tener por cautiverios
sus brazos, sus cabellos y su nostalgia gótica.
¡Oh, si pudiera hallarla! Soñaba en este día
que ilusionó el palacio de mi melancolía;
sus finas manos ebrias de delirar armónicas
dulzuras de los parques, vagaban en el piano
sonambuleando, y eran las blancas filarmónicas
arañas augurales de un mundo sobrehumano.
de un bosque alucinado por una luna exótica;
yo sé que entre sus sedas late una fuga erótica
que sueña en irreales y lácteos hemisferios.
Para mis penas fueran divina magia hipnótica
sus labios incensarios de místicos sahumerios;
y yo deseara siempre tener por cautiverios
sus brazos, sus cabellos y su nostalgia gótica.
¡Oh, si pudiera hallarla! Soñaba en este día
que ilusionó el palacio de mi melancolía;
sus finas manos ebrias de delirar armónicas
dulzuras de los parques, vagaban en el piano
sonambuleando, y eran las blancas filarmónicas
arañas augurales de un mundo sobrehumano.
De: “Los maitines de la
noche”
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