Después de la batalla
En
los sembrados yacen apretados cadáveres,
en
el verde lindero, sobre flores, sus lechos.
Armas
perdidas, ruedas sin varillas
y
armazones de acero vueltos del revés.
Muchos
charcos humean con vapores de sangre
que
cubren de negro y rojo el pardo campo de batalla.
Y
se hincha blanquecino el vientre de caballos
muertos,
sus patas extendidas en el amanecer.
En
el viento frío aún se congela el llanto
de
los moribundos, y por la puerta este
una
luz pálida aparece, un verde resplandor,
la
cinta diluida de una aurora fugaz.
Versión de Jenaro Talens
De: "Tres poetas
expresionistas alemanes"
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