viernes, 23 de octubre de 2020

PIERRE LOUYS

 

 


El árbol




A un árbol, desnuda, subí cierta vez:
         la lisa corteza mis muslos asían,
         en húmedo musgo fincaba los pies.
Tan alto que, apenas, las hojas mojadas
         del sol me cubrían
         con sombra discreta,
         me puse a horcajadas
         en cómoda horqueta
         y balanceaba feliz, al desgaire,
         los pies en el aire.
De lluvia temprana, besando mi piel
         las gotas rodaban del fresco dosel;
         de zumo de flores bermejas tenía
         las plantas, y el musgo mis brazos cubría.
Y al soplo impetuoso
         del viento -al empuje de fuerzas internas-
         el árbol hermoso
         tremaba de vida...
Lo sentí de pronto, toda estremecida,
         y apreté las piernas
         y posé, entreabiertos, los labios en llama
         sobre la vellosa nuca de la rama.

 

 

De: "Las canciones de Bilitis"
Versión de Enrique Uribe White

 

 

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