Despertar
del recién nacido
Gentilmente
se agitan, gentilmente ascienden.
Los muertos son recién nacidos despertándose.
Con desoladoras amputaciones y almas húmedas.
Gentilmente suspiran en el extasiado funeral de asombro
¿Quién
llamo a esa muerte al baile? ¿Fue la joven mujer aprendiendo a tocar la canción
del fantasma en su pequeño piano?
¿Fueron los desérticos niños? ¿Fue el mismo fantasma de Dios, tartamudo,
animado, charlando ciegamente?
Te
he llamado para embalsamar la tierra.
Te he llamado para anunciar la tristeza cayendo como carne quemada.
Te he llamado para desearte el bien. Para glorificarte como un nuevo monstruo.
Y ahora te llamo para rezar.
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