Yo, . . . el Nopal
"He
nacido en noble cuna, soy el padre de la tuna."
Provengo
de las cactáceas,
a mi
Dios le doy las gracias
de
habitar la noble tierra
que,
en mi ser, amor encierra.
Suelo
seco de aquel llano
hace
tiempo, no lejano,
fui
sembrado tras lomita,
¡ay!,
mi corazón palpita.
Verde,
espinoso de fuera,
crecí
en una nopalera
que
sobrevivió, por terca,
con
sus vigorosas pencas.
No
soy cultivo cualquiera,
también
llamado chumbera,
cardo
de pie, estoy parado,
digno
estandarte sagrado.
Soy
opuntia irresistible
deseado,
cual comestible,
milagro
de hoja carnosa
bien
silvestre, muy fibrosa.
Ostento
figura oval,
me
denominan nopal,
orgulloso
grito al viento:
¡qué
tengo espinas, lo siento!
Si
tal presencia te ofende
mi
arrogancia me defiende,
soy
una planta arbustiva
que
se ha vuelto reflexiva.
Soy
símbolo nacional,
patriota
sensacional,
de
mi cuerpo brotan tunas,
xoconostles
de fortunas.
Formo
parte de la historia
de
México, de su gloria,
pues
águila real osada
posose
desenfadada.
Sobre
uno de mi especie,
ojalá
el pueblo me aprecie
que
aparezco en la bandera
tricolor,
sacra, . . . señera.
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