Acaso es tarde
Acaso
es tarde.
No
importa ya
que
con favor del diablo coloque
mis
jazmines en la acera,
mi
zapato de tierra en la ventana,
y
me quede en cuclillas, aguardando,
que
alguien golpee de una vez mi puerta.
Acaso
es tarde
Acaso
es tarde
No
importa ya
que
con las gotas de un día
que
en la fiesta fue lluvioso,
yo
moje mis cabellos y mejillas,
y
me quede sentada, parpadeando,
sobre
el sillón de mimbre, en la penumbra.
Acaso
es tarde.
Acaso
el tiempo
me
llegó de golpe
por
andarme de madre,
por
andarme de hija,
y
este fuego nocturno que sube
por
mis huesos, este aullido feroz
que
levanta mi sangre,
ya
no son señales
para
llamar a nadie.
Acaso
es tarde
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