El
ave fénix
A la memoria de
Eliseo Diego
Arde
en la hoguera de su propio vuelo.
Bajo
el cuerpo de lumbre ella es sol.
Su
resplandor la atrae y la convierte en ceniza.
Viaja
a su íntima noche, se asimila
al
leve polvo errante de los muertos.
Pero
entre lo deshecho se rehace.
Toma
fuerzas del caos, se teje en luz
y
amanece en la llama indestructible.
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