Última cita
Ya
por el aire navega tu memoria
y
todo viene a mí como fue entonces.
¡Oh!
sueño, ensueño, tiempo y tiempo
para
siempre y siempre detenido.
Monstruosamente
múltiple
se
alza
se
alzaba el mar sobre los malecones
mordiendo
los costados de la tierra.
Y
tú tuviste miedo, frío, amor tuviste.
Y
amor hubo, miedo, amor, en nuestros corazones.
Cuando
entonces por eso
se
puebla el mar a tu conjuro
y
un aire conocido dispone sus fantasmas,
y
yo estoy solo, y la furia del mar puebla la tierra,
seres
de niebla, blancos, se sientan a mi lado
y
conmigo conversan como hermanos.
Luego
vienes tú, flotando como harina
Y
silenciosa y blanca, fina y fría
vas
diciendo tu nombre, hermana mía,
y
en el aire derramas tu aire triste.
Mas,
ya no basta tu nombre y su dulzura
cuando
ahora, el recuerdo de todo me golpea.
Tú
del mar venida, hecha de bruma acaso,
o
de los sueños acaso rescatada,
vete
y déjame solo.
Deja
morir lo que ha muerto.
Lo
que hemos dejado morir,
muerto
de frío
del
otro lado de los sueños, sueña.
Del
otro lado está, y para siempre,
en
un atardecer de mar y olvido.
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