La
guerra
Están
los que juegan con su propia cabeza,
como una pelota única, lanzada al alto,
contra la tierra, atrapada en la mano,
golpeada
con el pie,
pero
no mas que una sola pelota.
Otros
juegan con las cabezas ajenas,
con muchas cabezas a la vez,
con todas. Las agarran al vuelo,
las tiran al aire diestramente,
sin que caiga ninguna,
tan bien que el horizonte se llena de cabezas
y el cenit
y
los puntos cardinales.
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