Noche mendiga
En
los telares eternos, las brujas tejen fantasmas para estas noches de invierno.
La geometría gris de la tristeza descuelga un arco trágico sobre el lomo del
tiempo.
Madre
Miseria ríe, piruetea y danza en el circo de las desgracias; en las callejuelas
mendigas, los perros hambrientos aúllan hasta hacer rodar sobre las sombras los
aros fríos del silencio…
Luna
medio apagada, lluvia fina y nerviosa. La ciudad mendiga duerme cubierta con
sus harapos. Madre Miseria ronda… y un perro triste lame la luna enferma.
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