La
meta
Juguemos
fuera de nuestros cuerpos,
que se vuelven licenciosos.
Quedémonos sólo con nuestras almas,
entes abstractos y radiantes.
que se vuelven licenciosos.
Quedémonos sólo con nuestras almas,
entes abstractos y radiantes.
Guardemos
apenas lo eterno,
lo demás es efímera escoria.
Aspiremos a lo absoluto.
El resto no vale la pena.
lo demás es efímera escoria.
Aspiremos a lo absoluto.
El resto no vale la pena.
Los
cuerpos que aman y desaman
y se enroscan, flexiblemente,
en el blanco universo de las camas,
y se enroscan, flexiblemente,
en el blanco universo de las camas,
son
los embrujos sucesivos
de nuestras almas exigentes
que sólo aceptan el Paraíso.
de nuestras almas exigentes
que sólo aceptan el Paraíso.
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