miércoles, 7 de febrero de 2018

ADRIANA TAFOYA




El matamoscas de Lesbia



Regreso agitada y burbujeante
            presionando con los dedos
                                                     el cuello
              del cristal que envuelve al vino

Regreso redonda y satisfecha
               frondosa y perfumada
con las carnes tambaleantes
y envinados mis sabrosos frutos

él dijo:
me molesta tu perfil
de gesto seguro y suficiente
sólo eres una mosca gorda
          mosca negra peluchuda
                    e inflamada
de siniestros pelos

Ruedo por la inmensa cama
Me desprendo de una tela
       entallada y descosida
le confirmo
que soy negra y sucia
      negra de carne dulce
carbón de azúcar
mosca exótica con vientre acústico
                               forrado de terciopelo
       una cajita pequeña de resonancias

Confirmo que soy negra
y deliciosamente gorda
y que en alguna parte olvidé las pantaletas

él dijo:
me enoja cuando bebes
arrogante elevas el meñique de tu mano
                           eres perra añeja
               que provoca
carnívoros deseos
dan ganas de hacerte tierra
y cocer un jarrón de tu barro

Sonrío
me acomodo y le reitero
que soy negra y mala
negra de labios gruesos,
que la forma de la hembra madura
                                           se impone
y concentra la elegancia
de lo abundante,
                     le da poder al cuerpo

que tengo los pezones zarzamora
                  que estoy desnuda
    y se me dibujan grietas
que adornan mis nalgas
con la textura del satín

él dijo:
me haces falta

Adormilada
abro las piernas
que atesoran mi sexo oscuro
      inflamados sus pequeños olanes magenta


en esta flor clava su lengua

no me molesto con él                                                
sé que tiene hambre


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