El matamoscas de Lesbia
Regreso
agitada y burbujeante
presionando con los dedos
el cuello
del cristal que envuelve al vino
Regreso
redonda y satisfecha
frondosa y perfumada
con las
carnes tambaleantes
y
envinados mis sabrosos frutos
él
dijo:
me
molesta tu perfil
de
gesto seguro y suficiente
sólo
eres una mosca gorda
mosca negra peluchuda
e inflamada
de
siniestros pelos
Ruedo
por la inmensa cama
Me
desprendo de una tela
entallada y descosida
le
confirmo
que soy
negra y sucia
negra de carne dulce
carbón
de azúcar
mosca
exótica con vientre acústico
forrado de terciopelo
una cajita pequeña de resonancias
Confirmo
que soy negra
y
deliciosamente gorda
y que
en alguna parte olvidé las pantaletas
él
dijo:
me
enoja cuando bebes
arrogante
elevas el meñique de tu mano
eres perra añeja
que provoca
carnívoros
deseos
dan
ganas de hacerte tierra
y cocer
un jarrón de tu barro
Sonrío
me
acomodo y le reitero
que soy
negra y mala
negra
de labios gruesos,
que la
forma de la hembra madura
se impone
y
concentra la elegancia
de lo
abundante,
le da poder al cuerpo
que
tengo los pezones zarzamora
que estoy desnuda
y se me dibujan grietas
que
adornan mis nalgas
con la
textura del satín
él
dijo:
me
haces falta
Adormilada
abro
las piernas
que
atesoran mi sexo oscuro
inflamados sus pequeños olanes magenta
en esta
flor clava su lengua
no me
molesto con él
sé que
tiene hambre
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