Piedad amorosa
Sin
duda, con tus dientes bellos y duros,
mujer,
masticarás el verdor de hierbas,
Mujer,
con
esta tinta de hierba verdegay,
el
rostro te pintaré del todo,
te
excitaré a la lujuria,
y
nos divertiremos con juegos secretos a la sombra del
follaje.
Mira,
aquí
las campánulas mueven el cuello,
allá
cimbrean los brazos las gencianas.
¡Oh!
abrazaré tu seno con firmeza.
Tú,
tú me empujarás con toda fuerza el cuerpo.
Así,
en medio de este campo desolado,
retocemos
como dos culebras.
¡Oh!
yo, yo te acariciaré apretándote,
te
mancharé la piel hermosa con el verde jugo de la hierba.
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