Amistad
de mujer
Un
himno de amistad quieres que cante;
No
hables, ¡ay! de amistad al trovador,
Porque
es su lira un corazón amante
Y
él no sabe cantar sino de amor.
Y
esa voz de amistad suena muy triste
En
el labio carmín de la beldad:
Manto
de tornasol con que reviste
Hoy
el amor, después la veleidad.
En
nombre de amistad han adorado,
Y
amor tras de amistad correspondió;
Mas
de amistad en nombre han engañado,
Y
su odio de amistad se disfrazó.
Vi
unas veces con título de amigo
Ceñir
de flores la embriagada sien,
Y
otras, del mismo título al abrigo.
Herir
de muerte al corazón también.
Es
una concesión sin compromiso,
Es
del corso de amor bandera infiel.
Con
esa voz abrís el paraíso,
Con
ella somos desterrados de él.
Por
escalón primero de su trono
La
amistad puso el inconstante dios;
Mas,
¡ay! que allí se asienta el abandono
Y
al destronado rey le dice adiós.
Esa
voz en tu labio, al pronunciarla,
O
nada o mucho me intentó decir:
Si
nada dijo, ¿para qué cantarla?
Si
dijo mucho, ¿para qué mentir?
El
dulce orgullo del amor se afrenta
Si
le niega su nombre la expresión,
Quita
más bien el trueno a la tormenta
Que
el grito de «te amo» al corazón.
No
exijas pues que de amistad te cante,
Que
de amistad de la mujer no sé;
Pero
es mi lira un corazón amante,
Y
si quieres, de amor te cantaré.
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