Doce lecciones para niños
I
¡Niños!
rebeldes de vidas amargas:
cuando mañana crecerán,
en las lauks,
en las hayrans¹,
en las mezquitas y diawajans²,
en las historias,
en la las poesías de un poeta cobarde,
quizás escucharán tanto
sobre nuestro coraje,
sobre nuestro ser kurdos,
pero nunca jamás crean,
¡Todo es mentira, puras mentiras!
II
¡Niños!
estamos frente a cientos de senderos…
La linterna de nuestra memoria es tan débil,
¡damos pasos a ciegas!
¡Niños!
las leyendas cuentan:
érase una vez…
había una tribu en una tierra,
su héroe
era ciego.
Apuntó al aire de su alrededor.
Su filósofo,
era adivino,
que adivinaba por las noches,
para descubrir cuándo su enemigo
anudara una cuerda alrededor de su cuello.
Su sabio
era sordo y mudo,
¡su corta paciencia duró mil años!
La tribu miserable
contaba noches,
contaba días,
comían y aplaudían tres veces al día
Esperando que el enemigo
¡anudara una cuerda alrededor de su cuello!
III
¡Niños!
ustedes sacuden los pantanos,
son los terremotos
que mañana emergerán manantiales.
Son quienes mañana
romperan fronteras falsas,
reforzarán las articulaciones rotas
en la cadena.
son mañana que
en Qamishli,
en el Diyarbakir del jeque Said⁹,
en el Slemani herido,
en el Mahabad de Qazi⁴,
crecen bajo un principio,
todos comprenderán:
quien fuera kurdo en las nuevas generaciones,
¡debe tener en su equipaje
el camino para unificar a los kurdos!
IV
¡Niños!
en mis lecciones de ayer,
dije: nosotros, desde que existimos,
nos mentimos a nosotros mismos.
En nuestras vidas,
en nuestras acciones y nuestras escrituras
estamos sin principios.
Dije esto y el mundo se derrumbó,
la nube de la acusación
se movió hacia el horizonte de mis pensamientos.
¡Niños!
por amor a Dios pídanle,
pregunten a quienes la luz de sus ojos
ni llega a sus pies,
no tengan miedo, pregúntenles,
“De viajes a través del estrecho sangre,
para los niños, ¿qué han traído?
Cuéntenos, ¿qué han traído?”
V
¡Niños!
oh sin nidos con vidas amargas:
por mucho tiempo, a las madres de este país,
a sus pechos
les ha faltado la leche de la libertad.
¡por mucho tiempo, las montañas de este país,
les ha faltado un profeta!
¡Niños!
en las brasas de tus ojos,
estoy esperando que un Zaratustra
venga, para soltar esos ídolos.
Estoy esperando
¡que el relámpago de un Avesta
venga, para cortar el centro de las tinieblas!
VI
¡Niños!
Busqué las montañas, trinchera por trinchera.
Oí algunos cartuchos,
en una trinchera vacía,
¡hablaban sobre los peshmargas⁵ martirizados!
VII
¡Niños!
mi prometida es una paloma en Diyarbakir.
Le gusta la montaña, el canto de la perdiz y el color de la nieve.
Para casarme con ella,
atravesé la cadena montañosa, eslabón por eslabón,
rompí el calendario página por página
¿Mi pasaporte?
era un deseo y un sonrisa,
era un bol de kohl y una bolsita de henna.
Cuando toqué a la puerta de la frontera,
en lugar de besos,
los cálidos besos de mi prometida,
¡el escupitajo amarillo de un soldado
con botas negras… enmascaró mi frente!
VIII
¡Niños!
hambrientos con vidas amargas,
sobre el pecho empetrolado de Baba-Gurgur⁶
cerca de la cascada inversa de llamas doradas,
vi una tumbita
donde se había escrito:
“¡Aquí un bello niño kurdo
murió de hambre!”
IX
¡Niños!
el que plantó un grano,
cosechó una espiga.
El que plantó una gota de sangre,
pintó un cuadro.
El que soltó de su boca un grito,
escuchó ecos de su propia voz.
Pero nosotros
plantamos cráneos y ojos,
los rociamos con la lluvia de sangre,
Aún no se sabe la temporada de nuestra cosecha,
¡ni una sola espiga de trigo de nuestra sangre!
¡Niños!
cambiemos esta corriente,
donde fluye nuestra sangre.
Cambiemos este suelo
que traga cráneos y ojos.
Entonces les mostraré campos de luz.
Entonces les recogeré la cosecha.
X
¡Niños!
en las frentes amarillas de los periódicos,
en las tuberías de petróleo,
en las paredes de los baños de mezquitas,
diez millones de veces
escribimos: “¡Vivan los oprimidos!”
escribimos: “¡Vivan los trabajadores!”
Pero ninguna de las escrituras,
ni siquiera una sola vez,
pudo convertirse en un bocado,
¡para llenar el estómago de un trabajador!
XI
¡Niños!
sin nidos con vidas amargas,
anoche, en mi sueño, era un pasajero.
Visité la oficina de U Thant⁷,
mientras su puerta me tragó,
veía que negros tenían bandera,
veía que blancos tenían bandera.
Quienquiera que veía tenía bandera.
Me gritaron:
“Oh apátrida, ¡fuera!”,
“Oh sin bandera, ¡fuera!”
Y yo respondí:
“no me griten.
Cuando regrese,
¡les contaré a los niños esta historia…!”
XII
¡Niños!
cuando lean las lecciones,
si es de día,
cuchicheen silenciosos en una esquina.
Si es de noche,
dejen arder las linternas lentamente.
Lo sé perfectamente:
si sus mayores los descubren
les castigarán,
quemarán mis lecciones,
¡de nuevo ejecutarán
al cadáver de Al-Hallaj⁸!
1969-1971
Kurdistán
Versión de Jiyar Homer y Elías Agustín
Olaviaga
Notas
1.- Lauk y Hayran: Dos tipos de canciones folclóricas
kurdas.
2.- Diawajan: Consistía en una gran sala con una chimenea
en el medio y varias plataformas de barro; se colocaban alfombras y mantas para
que se reunieran los invitados y los Aghas y los nobles de la aldea. La mayoría
de los pueblos kurdos tenían diwajans.
3.- El jeque Said (1865-1925) fue un líder en el norte
del Kurdistán, rebelde contra el gobierno de Turquía.
4.- Qazi Muhammad (1893-1947) fue un líder en el este de
Kurdistán, rebelde contra el gobierno de Irán.
5.- Peshmarga que significa “aquellos que enfrentan la
muerte”, es el ejército de Kurdistán.
6.- Baba-Gurgur, situado cerca de la ciudad de Karkuk, es
considerado uno de los yacimientos petrolíferos más grandes del mundo. Se dice
que sus llamas eternas, resultado de las emisiones de gas natural, son el horno
de fuego de Nabucodonosor.
7.- U Thant: Fue un diplomático birmano que desde 1961
hasta 1971 ejerció como secretario general de la Organización de las Naciones
Unidas.
8.- Mansur Al-Hallaj (858-922), un destacado sufí, fue
ejecutado por el califa abasí Al-Muqtadir por declaraciones tan revolucionarias
como “Yo soy la verdad”. Lo que para él era una declaración de unidad con lo
divino, para el califa era una afirmación herética de la divinidad.
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