Maldigo
del alto cielo
Maldigo
del alto cielo
la
estrella con su reflejo,
maldigo
los azulejos
destellos
del arroyuelo,
maldigo
del bajo suelo
la piedra
con su contorno,
maldigo
el fuego del horno
porque
mi alma está de luto,
maldigo
los estatutos
del
tiempo con sus bochornos,
cuánto
será mi dolor.
Maldigo
la cordillera
de
los Andes y la Costa,
maldigo,
señor, la angosta
y
larga faja de tierra,
también
la paz y la guerra,
lo
franco y lo veleidoso,
maldigo
lo perfumoso
porque
mi anhelo está muerto
maldigo
todo lo cierto
y lo
falso con lo dudoso,
cuánto
será mi dolor.
Maldigo
la primavera
con
sus jardines en flor
y
del otoño el color
yo
lo maldigo de veras;
a la
nube pasajera
la
maldigo tanto y tanto
porque
me asiste un quebranto.
Maldigo
el invierno entero
con
el verano embustero,
maldigo
profano y santo,
cuánto
será mi dolor.
Maldigo
a la solitaria
figura
de la bandera,
maldigo
cualquier emblema
la
Venus y la Araucaria
el
trino de la canaria,
el
cosmos y sus planetas,
la
tierra y todas sus grietas
porque
me aqueja un pesar,
maldigo
del ancho mar
sus
puertos y sus caletas,
cuánto
será mi dolor.
Maldigo
luna y paisaje,
los
valles y los desiertos,
maldigo
muerto por muerto
y el
vivo de rey a paje,
el
ave consu plumaje
yo
la maldigo a porfía,
las
aulas, las sacristías
porque
me aflige un dolor,
maldigo
el vocablo amor
con
toda su porquería,
cuánto
será mi dolor.
Maldigo
por fin lo blanco,
lo
negro con lo amarillo,
obispos
y monaguillos,
ministros
y predicandos
yo
los maldigo llorando;
lo
libre y lo prisionero,
lo
dulce y lo pendenciero
le
pongo mi maldición
en
griego y en español
por
culpa de un traicionero,
cuánto
será mi dolor.
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