lunes, 29 de septiembre de 2025

MARIANELA DOS SANTOS

 

 


 

Ocurrió una madrugada de 1969, cuando la oscuridad aún nos arropaba. El fuego se había presentado sin invitación en nuestra calle y, en cuestión de minutos, logró reducir a cenizas lo que con tanto sacrificio habías construido.

La panadería de tus sueños se convirtió en su sombra. No entendía de dónde sacabas la fuerza para mantenerte impasible, envolviendo a nuestros hijos en tus brazos y recordándome con dulzura que lo más importante estaba a salvo.

Solo durante la noche, cuando nuestros ojos no te alcanzaban, la habitación olía a mar abierto; y en el silencio de las luces apagadas, en la contención de un sueño frágil en tu pecho, te diste permiso para llorar como el niño que alguna vez fuiste.

 

De: “En todos mis universos”

 

 

 

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