martes, 20 de noviembre de 2018

VÍCTOR A. JIMÉNEZ JÓDAR





Los adioses



Supongo que se trata de no decir
lo que se quiere decir,
de callar lo que importa
-que suele ser lo que duele-
por cobardía o por temor,
o porque el amor, animal
extraño, tiene complejas
formas de diálogo.

Supongo que se trata de no decir
lo que se quiere decir:
te digo adiós pero piensa que no me voy,
que estaré aquí contigo sin estar.

Y es que los adioses que no son adioses,
tienen, si cabe, un sabor más amargo.
Algo así como el adiós de ahora
y el adiós de mañana,
juntos, entrelazados.

Supongo que son distancias las palabras,
maneras de medir el límite inconcluso de los cuerpos.




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