Llevabas
Llevabas
en
los pies arena blanca
de
una playa desconocida.
Por
eso
cuando
a mí llegaste
no
sentí tus pisadas.
Llevabas
en
la voz desnuda
un compás
de espera.
Por
eso
cuando
me hablaste
no
pude medir tu voz.
Llevabas
en
las manos abiertas
espuma
blanca de aquel mar.
Por
eso
de
tu bienvenida
no
pude conservar la huella.
Todo
tú
venías
en mi busca
y no
pude reconocerte.
¡Arena
blanca, compás de espera, espuma blanca!
¡Inquieto
sueño de la verde orilla,
rizado
de preguntas...!
No hay comentarios:
Publicar un comentario