Blindado
aprendí
a
robar
a
mentir
a
esperar
el
momento adecuado
a
observar
los
gestos de desencanto
para
reconocerse y extraviarse
conseguir
algunas
horas de calma
dejar
que los extraños
me
protejan
como
si fuera una pieza de museo
como
si fuera
parte
del equipaje
sin
dinero
sin
grandes promesas
solo
la imagen
de
un escombro
apoyado
en otro.
De: “Hospicio”
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