lunes, 30 de abril de 2018

JAIME TORRES BODET




Tiempo


La noche se rompía en nuestras manos.
Nos sitiaba el invierno.

Y tú estabas allí, desde la almena
de unos ojos adversos,

engañándome, irguiéndote, llamándolo.
Sin palabras. Sin gestos.

En tu mirada, un río de diamante
me arrojaba, sin cólera, del tiempo.


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