A
Rosario
Esta
hoja arrebatada a una corona
que la fortuna colocó en mi frente
entre el aplauso fácil e indulgente
con que el primer ensayo se perdona.
que la fortuna colocó en mi frente
entre el aplauso fácil e indulgente
con que el primer ensayo se perdona.
Esta
hoja de un laurel que aún me emociona
como en aquella noche, dulcemente,
por más que mi razón comprende y siente
que es un laurel que el mérito no abona.
como en aquella noche, dulcemente,
por más que mi razón comprende y siente
que es un laurel que el mérito no abona.
Tú
la viste nacer, y dulce y buena
te estremeciste como yo al encanto
que produjo al rodar sobre la escena;
te estremeciste como yo al encanto
que produjo al rodar sobre la escena;
Guárdala
y de la ausencia en el quebranto,
que te recuerde de mis besos, llena,
al buen amigo que te quiere tanto.
que te recuerde de mis besos, llena,
al buen amigo que te quiere tanto.
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