jueves, 22 de enero de 2015

DELMIRA AGUSTINI


 

 Añoranza

 

 Íbamos en la tarde que caía
 rápidamente sobre los caminos.
 Su belleza, algo exótica, ponía
 aspavientos en ojos campesinos.

 -Gozaremos el libro- me decía
 de tus epigramáticos y finos
 versos. En el crepúsculo moría
 un desfile de pájaros marinos...

 Debajo de nosotros, la espesura
 aprisionaba en forma de herradura
 la población. Y de un charco amarillo

 surgió la luna de color de argento,
 y a lo lejos, con un recogimiento
 sentimental, lloraba un caramillo...

 

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