lunes, 11 de febrero de 2019

CARLOS ERNESTO GARCÍA





Verano del 80 y cinco



Apoyada contra la pared
una joven de falda corta
quieta espera.
La miro.
Toso.
Doy una bocanada al cigarrillo
que circular se enreda entre sus piernas
— cierra los ojos y suspira —

El metro estacionado ya
abre sus puertas.
Subimos en distintos vagones
y nos dejamos llevar.


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