XIII. No hay amor sin su sombra y su
dolor...
Eros siempre es un niño
Que se nutre de amnesia.
Que se nutre de amnesia.
No hay amor sin su sombra y su dolor
Lo sé.
Y también sé que el mar borra las huellas
De las horas clavándose en la arena
Y los ojos llenándose de azul,
Que a veces miran glaucos y poblados
De niebla
Las espumas, desde otoñales playas.
Por eso,
Cuando desvanecidas las estrellas
Que alumbraron estos primeros pasos
Del amor,
Quedemos solitarios una noche
De Octubre
Bajo débiles luces de neón….
Aun sabiendo
Que el tiempo seguirá con sus estragos
¡Cómo quisiera envejecer contigo
Y en los rescoldos del invierno amarnos!
De: “La Flor del Hibisco” en
"El cantar de las amantes".
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