jueves, 29 de octubre de 2020

PIERRE LOUYS

  

 

 

El bucoliasta

 



Entre los dedos ágiles la flauta estremecida

como femíneo talle, dócil a la ternura,

un enjambre de arpegios cautivos apresura

a hermanar del rebaño con la voz dolorida.

 

Al tañedor infante que a la canción convida

responde sólo el eco de la yerma llanura;

los dioses nunca amaron la pastoril ventura

que arrullan las cigarras en la noche transida.

 

Y el efebo así canta: ¡Oh Febo! Sé clemente;

soy bucoliasta y puro, de los dioses ferviente:

dáme el laurel ansiado que tu poder recata.

 

Y cuando me concedas tu indulgente sonrisa,

consagraré en el ara que la grama tapiza

mi rústica siringa a tu lira de plata.

 

Versión de Carlos López Narváez

 

 

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