Por la orilla del mar
A
la caída del sol,
por
la playa inmensa y sola,
de
frente al viento marino
nuestros
caballos galopan.
Es
el horizonte de oro,
oro
es la mar y oro arrojan
los
cascos de los caballos
al
chapotear en las olas.
En
blancos grupos contemplan
caer
el sol las gaviotas;
mas,
al acercarnos, vuelan
en
bandadas tumultuosas.
Pesadamente
se alejan
sobre
las revueltas olas
y
abátense a la distancia
trazando
una curva airosa.
Alcance
pronto les damos
y
ellas, de nuevo en derrota,
a
volar, siempre adelante,
por
sobre la mar sonora.
Por
la arena húmeda y firme
nuestros
caballos galopan.
Al
fuerte viento marino
cabelleras
y almas flotan.
A
la caída del sol,
en
la playa inmensa y sola
tu
alma se entregó a mi lama,
tu
boca se dio a mi boca.
No
se sabe de qué hablar
cuando
la emoción es honda.
por
la orilla de la mar
nuestros
caballos galopan.
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